jueves, diciembre 28, 2006

El año que se va

Voy a hacer la cuenta... es inevitable. El 2006 me deja un poco malherida. Mi vida profesional quebrantada, muchas dudas existenciales, muchas deudas y poca capacidad para cumplirlas. Mi estado emocional debería ser más bien tirando a triste. Sin embargo, tengo otro recuento que hacer, el positivo, el que me sigue dando permiso de ver la vida con muchas esperanzas. Veamos:
-Tengo dos angelitos que día a día me dicen que soy la mejor mamá del mundo, que soy hermosa, que soy buena y que no debo darme por vencida.
-Tengo, claro, a mi mejor amigo, que no se siente derrotado y que me llena la vida de besos y abrazos.
- Tengo a mi madre y a mi padre, una bendición que no todos pueden contar.
- Tengo a Adriancín y doña Socorro, ángeles de la guarda.
- Tengo a Grimalkin, Gaby, Américo, Sealtiel y Krystopher, cuya sola presencia me recuerda que la vida es hermosa.
- Tengo también a mis suegros, por quien rezo todas las noches, y por supuesto a Adán, Mónica, Pera y Oscar que son faros luminosos y llenos de amor en mi familia.
-Tengo a Lorena y Gaby, una luz en mi camino.
- Tengo a mis nuevos amigos, Feri, Apologista, Ilne, Fantasma, que me han enseñado que la distancia no existe cuando se establecen lazos de cariño.
- Tengo las dos muñecas de la infancia que noche a noche me recuerdan que nunca se debe perder la inocencia y las ganas de seguir.
- Tengo un par de pantuflas viejas que me brindan descanso cuando ya mis pies no resisten.
- Tengo mis ojos, que miran el sol hermoso todos los días, y mis manos, que me permiten escribir, y mi boca, que puede decirles a los míos cuanto los amo, mi cerebro, siempre en búsqueda de nuevas historias, y mis piernas que no dejarán de sostenerme.
El año que se va, se va... Lo que pude hacer a través de él, mis esfuerzos en Crónica y El Universal y mi búsqueda infructuosa de nuevas oportunidades se van con él.
Viene el 2007, y con el un nuevo empuje para salir adelante. No sé qué pasará, siempre me da miedo esta incertidumbre, pero mis tesoros siguen intactos, como ya habrán visto, y dándome razones para seguir luchando y para mandar buenas vibraciones a todo el universo.
¡Feliz 2007 para todos!
Con todo mi amor
Taydé

Pastorela

Amigos queridos, no he podido poner las fotos de la pastorela por problemas técnicos. Sólo quiero avisarles a todos los "fanáticos" que nos fue muy bien y que a más tardar la próxima semana tendrán la crónica completa ¿va?

jueves, diciembre 21, 2006

Para mis amigos bloggeros

No, no es la primera vez que me pasa. La Navidad me provoca siempre un sentimiento de nostalgia, una necesidad de reflexionar, de hacer un viaje interno. Con el 24 de diciembre inicia para mí una semana de hacer balance, de contar lo bueno y lo malo que me sucedió durante todo un año y tratar de salir fortalecida para encarar el nuevo ciclo.
Esta vez, el saldo con el que empezará mi balance de Navidad pinta color rojo, en ceros. Sin embargo, como cada año, pesan más las bendiciones que los descalabros: Tengo a mis hijos y las caricias cálidas de sus manitas amorosas; mi esposo y su amor y compañía; la presencia de mis padres, mis suegros, mis hermanos, mis cuñados y concuños. Tengo también la satisfacción de todos los esfuerzos que hice, la sensación de saber que no hubo un minuto de estos 365 días del 2006, que están por expirar, que no hiciera el mayor de mis esfuerzos, que no mirara a la vida con una sonrisa y que no me dijera a mí misma que tenía que seguir.
Dentro de mi balance, un lugar especial lo tienen los amigos, y su presencia siempre amorosa. Pero esta vez, tengo algo más que agradecer: El día que me decidí a abrir este blog, inspirada por mi hermano Grimalkin, e inicie un viaje que ha sido muy placentero por las personas que me ha permitido conocer.
Por ello, este correo va dedicado no tanto a esta Zona Infinita como a aquellos asiduos, un poco locos hay que decirlo, que se dan cita para saber cómo estoy.

Feri: Gracias por estar siempre pendiente de mí, por tus consejos espirituales y por haberme brindado tanta luz en medio de la oscuridad. Que Dios te bendiga.

Apolita linda: Gracias por contagiarme esa juventud llena de madurez y ese amor por la vida que te caracterizan, ojalá que esta Navidad esté llena de cosas hermosas para ti y que sólo sea el principio de una época próspera y feliz.

Fantasma: Amigo querido, un gran regalo de este blog fue la posibilidad de conocer a un espíritu al que por muchas razones encuentro afín. Ojalá que esta sea una Navidad hermosa para ti.

Mi querida Ilne: Espero que la cena esté tan rica como me lo cuentas, que haya mucha paz en casa y que el amor te inunde no sólo hoy sino siempre. Gracias, amiga, por ser un bálsamo en medio de la bruma.

Mis amados Grimalkin y Gaby: Aunque planeo darles el abrazo personalmente, aprovecho el espacio para decirles que los quiero y que todas las luchas que vengan serán pocas porque las libraremos juntos.

Moni: No sé si alcances a leer esto, pero quiero que sepas que te extrañamos mucho, pero que por otro lado nos sentimos orgullosos porque cada paso que estás dando tiene un porqué y será el camino del éxito al que tú estás destinada. Feliz Navidad adelantada, mi querida Moni.

Al resto de amigos que pasan ocasionalmente por aquí, pero han decidido sólo leer en silencio, les mando todo mi cariño y el deseo de que el amor que se vive en esta época no sea un sentimiento pasajero, sino algo que se quede con ustedes para siempre.

Y como lo más seguro es que no pueda escribir en un par de días porque andaré de actriz, a todos:

¡Feliz Navidad!

martes, diciembre 19, 2006

Mi hermano El Melicos

Llegó a mi vida hace 27 años, que se cumplen mañana, 20 de diciembre.
Aquella época navideña había sido de las más terribles de mis 10 años de vida, porque tan sólo dos días antes había muerto mi abuelo materno y acababamos de hacer una mudanza de una ciudad a otra tan sólo una semana atrás.
Sin embargo, con la luz que siempre lo ha caracterizado, mi hermano llegó, con su suave olor a bebé, y se instaló en mi casa el 24 de diciembre, cual Niño Dios.
No puedo decir que con su llegada hubiera sentido los mismos celos de primogénita que me provocara el nacimiento de mi primer hermano, Grimalkin. Por el contrario, ver a Américo por primera vez me llenó de una infinita ternura y puedo decir, sin equivocarme, que lo adoré desde el primer momento, a pesar de las largas noches en que no me dejaba dormir con sus llantos y de las muchas veces que, siendo pequeñito, me demostró un carácter fuerte e inflexible.
Cuando mis padres se divorciaron, y en vista de que mi mamá había cambiado su estatus de ama de casa al de empleada federal, yo me quedé al cargo de llevar y traer del kínder a mi hermanito y eso me hizo desarrollar por él un amor maternal que fue creciendo día con día.
Aun recuerdo el terremoto del 85, cuando sentí que el departamento donde vivíamos se iba a venir abajo, y utilicé mi cuerpo para hacer una cuevita en donde mi hermano pudiera guarecerse, convencida de que no importaba si yo salvaba la vida, siempre que a él no le sucediera nada.
Pero el cariño no era sólo porque fuera mi hermano, sino porque el Melicos muy pronto dio muestras de una inteligencia, disciplina y valentía que le granjearon mi amor y mi respeto.
Hace algunos años, se acercó a mí para contarme su sueño de ser director de cine y el pesar de que mis papás se opusieran rotundamente a que una mente tan brillante como la suya se perdiera en una profesión tan difícil, tomando en cuenta que vivimos en un país de Tercer Mundo.
Yo le compartí lo que siempre he creído, "no importa cuán difícil parezca una profesión; si es lo que tu amas y en ella te vas a sentir pleno, serás el hombre más existoso del mundo".
De hecho, confiaba tanto en lo que mi hermano podía lograr que, cuando entro a la secundaria, lo alenté para que estudiara actuación en los talleres que se impartían en su colegio.
No imaginé entonces que eso lo convertiría en el actor que es hoy, pero puedo decir que cada lágrima que me ha arrancado desde sus primeras actuaciones hasta las más recientes, que cada momento de los muchos de orgullo que me ha regalado, que verlo convertido en el gran profesional que es hoy, me hacen sentir, una alegría indescriptible y la sensación, que a veces acallo por no pecar de soberbia, de haber puesto un buen granito de arena en su camino.
Pero más allá de eso, puedo decir que Américo es otro de mis grandes amigos. Un huesito un poco difìcil de roer, eso sí, porque no es es autocomplaciente y no permite actitudes semejantes a su alrededor, así que a veces me da mis jalones de orejas, pero detrás de ellos yo percibo el amor de un hermano fuerte que, cuando lo necesito, también me presta su hombro para apoyarme.
Es, además un tío fabuloso y un buen hijo que ama y consiente a sus papás.
¿Se podría pedir más que esa bendición que llegó a mi vida hace 27 años y hoy me tiene aquí, escribiendo, con los ojos llenos de lágrimas?
Feliz cumpleaños, mi querido Melicos, y ojalá que la vida me regale tu cercanía todos los años que me queden por seguir en este mundo.
¡Te quiero mucho, hermano!

miércoles, diciembre 06, 2006

Digo no al Teletón

Llevo días topándome con los anuncios por todos lados: "Apoya al Teletón", dicen, "Necesitamos de tu Amor", agregan, y son acompañados de imágenes lastimeras de niños discapacitados.
Supongo que las almas caritativas pensarán que soy una insensata al decir que no me conmueve ni un minuto ese bombardeo que pretende chantajearme.
Pero antes de seguir, cabe una aclaración, no se trata aquí de que no me interesen los niños con capacidades diferentes. Por el contrario, la vida me ha concedido el privilegio de que mi hijo mayor estudiara con un sordo y el menor con un autista y además tuve la suerte de ser compañera de una invidente, así que conozco de cerca el infinito valor, mucho más allá de lo explicable, que tienen personas como ellos, que se sobreponen a todo y deciden vivir con toda la dignidad del mundo.
Aún recuerdo las palabras de mi amiga Ventura en los primeros días de mi tercer año de preparatoria, cuando ella subió al estrado a presentarse ante el grupo: "Soy ciega", dijo, "pero no quiero la lástima de nadie; quiero que me traten como uno más de ustedes, voy a requerir de pronto que me ayuden, pero por favor, no me traten como un bicho raro y triste".
Días después me di cuenta de que Ventura no sólo no era un bicho raro y triste, sino que frecuentemente exhibía más valores, amor por la vida y valentía que cualquiera de aquellos que podíamos ver pero que a veces no veíamos más allá de las narices.
Pero ¿y entonces por qué no quiero votar por el Teletón? He aquí mis razones.

1.- Porque me parece que es el Estado y no el pueblo el que está obligado a brindar servicios de seguridad social a los discapacitados y sin costo alguno, que para eso deberían servir los impuestos que aporta el pueblo entero y no para apoyar a los empresarios y los banqueros.

2.- Porque me parece que el deseo de que "todos apoyemos" (y con todos quieren decir, yo, tú y la gente de a pie que anda por este país), tiene más que ver con el deseo de la empresa organizadora del Teletón de que le sean condonados sus impuestos por medio de la "beneficiencia" que con un apoyo real a los discapacitados.

3.- Porque los discapacitados son empleados para hacer spots y anuncios lacrimógenos en donde se les presenta como personas dignas de lástima, por la que todos deberíamos condolernos, y no como los seres maravillosos y llenos de virtudes que en realidad son.

4.- Porque los mismos que ahora están pidiendo amor y unión, son los que cobijaron los anuncios que violentaron la pasada elección presidencial, los mismos que retrocedieron a la época de los 70 y ahora condenan a los "disidentes" para ensalzar la postura "oficial".

Si queremos ayudar a los discapacitados, hay muchas otras formas. Una de ellas es la asociación APAC, que sin tanto aspaviento, brinda apoyo, educación y atención a quienes sufren parálisis cerebral, les da un trato digno y les enseña oficios para hacerlos personas independientes, capaces de salir solas adelante.

Yo sí valoro a los discapacitados. Por ellos y por su dignidad, no permitiré que nadie venga a chantajearme a través de ellos. Yo le digo no al Teletón.

¿Y tú?

sábado, diciembre 02, 2006

El hoy de mi tierra

El aire no cambió, no se escuchan balas en la lejanía, ni hay llantos de gritos y mujeres por las calles de mi tierra, de mi vieja y querida Ciudad de México.
Quienes pronosticaron el apocalipsis e hicieron que muchos creyeran que los "renegados" del "gobierno oficial" provocaríamos el caos, se equivocaron. Sin embargo, no se sienten tristes por la equivocación, porque lo sabían desde siempre, lo siguen sabiendo: "los inconformes" de hoy no somos personas de violencia, no tenemos el machete a mano, ni planeamos recrear una guerra de guerrillas en pleno siglo XXI.
Sabemos, porque lo sabemos bien, que se cometió una infamia, pero hay muchas otras formas de resistencia pacífica que sin el uso de las balas pueden dejar nuestra huella en la historia (una muestra clara de ello se puede encontrar el blog senderodelpeje, para todos los amigos del mundo interesados en el tema).
La grieta que ellos abrieron con sus anuncios violentos y difamatorios durante toda una elección presidencial, sigue ahí, haciéndose cada día más ancha. Convirtieron al país en un espacio dividido, donde nadie está seguro de que esconde el gesto del vecino. Aún así, no podrán decir que somos nosotros los que estamos violentando nada. Es una certeza.
Lo único que yo pregunto, para todos los que se sienten en paz consigo mismos después de presenciar la sucesión presidencial, es si realmente se tomaron la molestia de leer e informarse acerca de quién estaba de cada lado cuando se hicieron las elecciones y a lo largo de estos meses.
¿Sabrán acaso que la infamia que se acaba de cometer tiene la firma del Yunque, un grupo radical, que entre otras cosas, ha preparado a sus miembros con armas, por aquello de que haya disidentes que no quieran aceptar sus imposiciones?
¿Quién es quien realmente nos tiene secuestrados?
En esta Zona Infinita será de las pocas veces que se hable de temas como éstos porque para eso hay espacios mejor dotados.
Sin embargo, convoco de nuevo a todos al análisis. La historia se escribe hoy y, por lo tanto, la responsabilidad la tenemos hoy.
Apaguemos la tele y, por primera vez, hagámonos cargo de nuestro país, leyendo e instruyéndonos para tener una verdadera certeza de que estamos del lado correcto, pero que sea por convicción y no porque nos creímos las calumnias espantabobos ideadas por el sistema.