Para obtener este prototipo, el citado médico se basó en la proporción divina o áurea, mejor conocida como phi (cuyo valor matemático es 1,618033988), con la que Leonardo Da Vinci creó el famoso Hombre de Vitruvio, Claude Debussy su música, y que al parecer está presente en el ADN, la espiral de las galaxias y hasta los girasoles.
Para crear el rostro humano perfecto, que se representó, claro, como una mujer, el cirujano hizo que la distancia de la parte inferior de la barbilla a la nariz y del nacimiento del pelo a las cejas fuera la misma, y que esta proporción fuera un tercio de la longitud de la cara.
Ya entrados en este tema, los autores de la revista Conozca Más decidieron hacer su listado de los ingredientes que, en su opinión, debería tener la mujer perfecta: El tamaño y proporción perfecto de la cabeza de Ingrid Bergman, la distancia entre los ojos de Audrey Hepburn, la armonía y simetría de la boca de Scarlett Johansson, el tamaño y proporción de ojos y boca de Halle Berry y la proporción ideal entre oídos y barbilla de Kerri Washington.
Pero hay que decir que los de esta revista no son los primeros hombres en hacer su propuesta de la mujer perfecta. Hace tan sólo unos meses ya había circulado por el mundo entero la noticia de que, según cientificos británicos, Jessica Alba tenía el cuerpo perfecto.
Los investigadores de la Universidad de Cambridge descubrieron a partir de fórmulas matemáticas, que la mejor relación cintura-caderas es un 0.7 y que esa es precisamente la proporción de las curvas de Alba.
Tras leer estas notas, recordé yo un episodio que me contó mi mamá. Un buen día, mi papá, platicando con ella, decidió hacerle una lista de las características que debía tener la mujer perfecta. Le hablo de cara, cuerpo, peso, actitud, vestuario y demás. Por un buen rato, mi mamá lo escuchó en silencio, hasta que de pronto lo atajó con una pregunta: ¿Y dime cómo sería el hombre perfecto que mereciera a esa mujer perfecta?
Touché, mamá
Porque sí, es muy interesante que los hombres nos digan cómo debería ser la mujer perfecta basados en pretendidas fórmulas matemáticas e investigaciones científicas, pero ya sería hora de que las mujeres contraatacáramos y dijéramos cómo debería ser el hombre perfecto que, en todo caso, mereciera a la mujer perfecta.
Por ello, decidí hoy hacer una lista de lo que debería tener el hombre perfecto. Es una lista subjetiva, como las antes mencionadas, porque por más que nos digan que utilizaron la ciencia, está claro que se le dio uso para que las cosas quedaran tal y como lo deseaban los hombres que propusieron a la mujer perfecta.
Se vale hacer nuevas propuestas, expresar desacuerdo y criticar a los elegidos. Todos los comentarios son bienvenidos.
Ingredientes para el hombre perfecto
Los ángulos de la cara de Johnny Depp. No me atreví a medirlos con la proporción divina, pero estoy segura que son perfectos.
La armonía entre nariz, ojos y labios de Orlando Bloom. Y esa mirada entre traviesa y sensual.
El cuerpo esbelto y estético de George Clooney. (Desde mi punto de vista, alguien debería hacerle saber a algunos hombres que el lavadero está bien para tallar la ropa, pero no para la barriga).
La estatura de David Schwimmer. (Dato curioso: la citada Conozca Más decía en otro artículo que los hombres altos tienen un mayor nivel de testosterona, en otras palabras que son más masculinos. ¿Será?)
Las manos de Mathew Perry. (Debo reconocer que esto puede sorprender a más de uno/a, pero esto de las manos masculinas es casi un fetiche para mí.)
La actitud de Hugh Jackman, que se sabe guapo pero no se ve preocupado en enviar miradas que matan a nadie, que regala sonrisas al por mayor y no siente pena de lucir a su esposa e hijos en público.
El sentido del humor de Billy Crystal. Esto del sentido del humor es vital para mí. Pero entiéndase, no es lo mismo un hombre vulgar o que quiere pasarse la vida contando chistes, que aquel que tiene un sentido del humor inteligente, que hace comentarios agudos casi sin querer y le arranca a uno carcajadas.
La agudeza intelectual de maestros como José Saramago y Gabriel García Márquez. (¿Esto sí que es vital, no? ¿y acaso los hombres mencionan este aspecto al hacer a su mujer perfecta?)
Por supuesto, ya poniéndonos generosos, yo podría aceptar a cualquiera de estos hombres el día que ellos lo determinaran. La cosa es que elaborar esta receta no fue una tarea para mí, que al fin y al cabo no soy más que una simple mortal, sino para encontrarle par a la mujer perfecta. Yo, por mi parte, ya tengo a mi hombre perfecto.