viernes, abril 13, 2007

Tiembla la tierra

Tiembla la tierra bajo mis pies y no me deja dar el siguiente golpe sobre el teclado.
Pero claro, ¿por qué tendría que saber ella que estoy trabajando a altas horas de la madrugada?
Ni modo. Tal como lo he aprendido, me apresuro a salir a la calle como muchos otros vecinos, mis hijos en pijama pero divertidos con la experiencia.
Pretendo controlar el pulso y me digo que no pasa nada. En realidad sólo estoy tratando de que no se contagie el miedo.
Sigue temblando bajo mis pies y entonces recuerdo aquella sensación, la del 85, cuando abrazada a mi hermano menor sentía que el terremoto era eterno y veía cómo en las paredes y el techo se abrían grietas.
"¡Si el edificio se cae, que me caiga a mí!", pensaba mientras pretendía cobijar a mi hermano de cinco años con mi cuerpo.
Me resulta inolvidable el estruendo de vidrios y piedras cayendo por los abismos recién abiertos en el edificio de 21 pisos en que vivía.
Hoy no se oye nada, pero de pronto se va la luz y un par de sirenas de ambulancia se escuchan a lo lejos.
¡Imposible dejar de sentir este nudo en la garganta! El recuerdo de aquellas sirenas incesantes tratando de rescatar sobrevivientes en medio de los escombros que dejó el terremoto de 1985 vuelve con toda su fuerza.
Y siento otra vez el olor a formol, a muerte, que me persiguió en tantas noches de pesadilla.
Y vuelve por sus fueros este sentimiento de indefensión ante la fuerza de la naturaleza.
Y, como hago siempre, pido con todo el corazón que cada uno de mis seres queridos esté bien, donde quiera que sea y que no se repita otra vez la experiencia terrorífica que nos cambió la vida a tantos.
La tierra detiene su movimiento. En cuanto puedo, prendo la radio para enterarme de lo que pasa en toda la ciudad. Es una acción instintiva que me quedó desde hace 22 años.
No ha pasado nada, por suerte. Sólo episodios de crisis nerviosa que se repitieron por toda la Ciudad de México ante un recuerdo colectivo que no nos abandona.
Sigo trabajando unas horas más. Las entregas tienen fecha y no conocen del miedo.
Y de pronto, otra vez, la tierra vuelve a temblar. Un crujido me lo anuncia.
Y nuevamente el corazón agitado, aunque ahora decido quedarme en casa.
Recuerdo entonces la suerte que corrió mi familia entera, que a pesar de haber vivido el temblor del 85 en algunas de las zonas de la Ciudad de México que quedaron más devastadas, logró salir con bien.
Y reaprendimos todos a vivir, a ser precavidos, a no tomar a la ligera el más mínimo movimiento telúrico.
No cabe duda que hasta de las peores experiencias se puede extraer aprendizaje y esperanza.
Termino el trabajo y estoy por irme a dormir.
Sé que mañana amanecerá, como amaneció entonces.
El sol volverá a brillar.

19 comentarios:

...flor deshilvanada dijo...

Nunca he vivido una situación de esas... siempre comento con papá que a pesar de los problemas económicos y la inseguridad de mi país, vivimos en un paraíso, que no sabe de huracanes, terremotos, tsunamis, erupciones volcánicas y muchos otros fenómenos meteorológicos...

"No cabe duda que hasta de las peores experiencias se puede extraer aprendizaje y esperanza" es una gran verdad!!

Un abrazo enorme Tay, realmente se deben haber asustado!!

DIEGO dijo...

Que emotivo Taydé, y que suerte que no hayas tenido que lamentar mucho. Un abrazo.

isaurapdeve dijo...

Ay Tay.. yo también tuve mis experiencias fuertes en el 85 y creo que la huella aún se puede ver.
Ahora tiembla y en verdad que no se la puede tomar uno de juego.. da miedo..
Eso me recuerda que es una gran felicidad no vivir tan en el DF, aquí ni sentí el temblor, tú crees?
Un abrazo pa ti y toda la familia amiga!

J-oda dijo...

Creeme, ERIZADA MIENTRAS LEIA EL POST.

El primer movimiento de teierra grande en mi país, de el siglo pasado, fue en el 67. No lo viví.

EL del Golfo de Cariaco lo recuerdo, en el año 97, más no fue en mi zona, y los movimientos de tierra YO no los sentí.

Más el desastre de aquella época deja huellas más profundas en el alma que en la URBANIDAD del lugar.
Sobre todo por la falta de HISTORIA TELURICA en mi país.

Estaras en mis oraciones, junto a tu querida familia.

Unknown dijo...

Querida Tay, qué bueno que esta vez no fuera nada. Los recuerdos a veces nos arrastran. Un beso telúrico,
V.

Recursos para tu blog - Ferip - dijo...

En Buenos Aires, nunca...que yo pueda recordar, pero hacia el oeste la cordillera, la misma que toca tus tierras en definitiva, ha hecho estragos en algunos momentos históricos. Recuerdo el de San Juan, la tierra partida mostraba un poquito de sus entrañas...y la gente, enloquecida.
Como bien describís...no existen parámetros, sólo de haber vivido.
Estás bien, están bien, eso es lo que importa.
Me pregunto cúando oiremos los rugidos de la tierra...que cada vez reclaman con más fuerza.
Un abrazo! Buen fin de semana!

Carlos dijo...

Tay, mujer valiente, desde niña lo fuiste. Es duro quitar de nuestro disco duro una tragedia como la que te tocó vivir.
Duro no abrazar a tus hijos como hace 22 años lo hicieras con tu hermano.
La memoria genética es implacable.

Te abrazo.
Te admiro.

ilne dijo...

tay disculpa que haya pasado sin leer tu texto cosa que me apetece leer ya que yo vivi un terremoto, pero no puedo entretenerme en el texto disculpa.
delhi y agra es terriblemente caotica y no he podido encontrar un lugar donde poder comprar postales y lugar donde enviarlos
deje algunas palabras en mi blog en cpomentario.
disculpa per no me queda mas tiempo
un beso enorme me acuerdo mucho de ti.
besos

Palita dijo...

Qué experiencia. Acá, en Buenos Aires, nunca sentimos un temblor.
Pero recuerdo el de México en el '85. Viendo todo eso por televisión...no imagino lo que habrá sido vivirlo!!!!
Mi papá tenía un amigo en México, del que nunca más supimos nada después del terremoto...

Aprendemos de la experiencias, pero me imagino que el miedo que debe quedar grabado en el corazón debe ser terrible. Imagino que no sabría como cubrir a mis nenas...

Me alegra mucho que estés bien. Vos y toda tu familia!!
Un super besote a Ghost Boy!!

Pali
Pequeña les manda saludos, está con otitis y fiebre en la cama, por eso no escribe.

Taito dijo...

Querida Evan: Tienes razón. La verdad, como dice mi mami, no importa lo material si se está a salvo y con salud. Si nos asustamos, ¿y sabes qué es lo peor, amiga? Que siempre queda el miedo de que después de un terremoto venga otro de mayor magnitud. En fin, sólo queda seguir viviendo con alegría a cada minuto ¿no? Un beso grande.

Diego: Sí, por fortuna nada que lamentar ni antes ni ahora. ¡Es una suerte! Excelente tu último post, por cierto. Un abrazo

Querida Isaura: Amiguis, perdón la ausencia, pero he andado como chon de ya sabes qué... qué bueno que tú no sentiste nada, yo acá me asusté y este texto tuvo mucho de exorcismo de mis demonios internos. Bueno, te mando un abrazote. Ya regreso.

Amiga J-oda: Gracias por tus oraciones, amiga. Esa es la luz que siempre hace falta. Dile a mi querido Mr. Futuro que no se me desespere, ya estoy por ponerlo en la lista, pero he estado un poquitín complicada de tiempos. Un beso.

Querido Poeta: Tienes razón. ¡No sabes cómo me arrastró ese día el recuerdo! Fue como volver a abrir una huella que ya creía cerrada. En fin, todos bien venturosamente. Un abrazo.

Preciosa Feri: Esa línea final tuya, ¡cómo me gustó! De verdad la tierra nos la está cobrando, tanto descuido, tanta falta de tacto... Ojalá y que aprendamos otra vez. Un beso, amiga.

Querido Carlos: Ay, amigo, esas plaabras tuyas fueron como un bálsamo. Siempre lo son, sin duda. Un abrazo grande, grande.

Querida Ilne: Ya me doy una vuelta amiga. Trataré de no tardar mucho, pero por lo pronto qué alegría leerte bien, mi viajera querida. Yo también te tengo presente a cada día. Un abrazo

Pali: Gracias querida amiga. Oye, me preocupó sinceramente lo de la princesa Pequeña. No puedo creer que esté enfermita. Bueno, mándale un abrazo cariñoso y dile que lo más pronto que pueda me voy a su blog a mandarle muchas buenas vibraciones para que se mejore. Un beso a toda la familia.

Gerardo Omaña Márquez dijo...

Relatos que en verdad impresionan y dejan huella en el alma, que aligeran la mente a propulsar paisajes dolorosos.

Besos para tu alma.

Angie Sandino dijo...

Ay Tay! cuanto me puede imaginarte, pensarte con quince años y sufriendo junto a tu hermanito...
Que bueno que sigues con nosotros con tu carácter tan padre y tus historias para contarnos...
Yo... haciendo mi maleta...me ayudas?
Un beso!

Gonzalo Villar Bordones dijo...

se que el sol te tiene un cariño especial.

Recursos para tu blog - Ferip - dijo...

Hola Tay, acá con reunión de padres y preparando muchas cosas para la escuela.
Pasé a verte un ratito.
Un abrazo!

Vania B. dijo...

El terremoto del 85 ha marcado un antes y un después en la vida de los mexicanos.

Como tu dices hasta después del día más terrible sale el sol.

Un abrazo.

boris dijo...

tayde, que increible como los hechos colectivos marcan una sociedad, fuerza animo que siempre tarde o temprano va a templar, lo importante es estar preparado para ellos, en estas tierras el que tiemble es algo asimiliado por generaciones
saludos!!!

J-oda dijo...

Hola¡
P
ase a saludarte y ver un poquito por tu ventana.

Todos bien, cierto?

J-oda dijo...

Hola¡

Pase a saludarte y ver un poquito por tu ventana.

Todos bien, cierto?

Angie Sandino dijo...

Tay, andas muy ausente...y bueno, solo pase a dejarte un beso de despedida pues ya me voy...

te deje un pedacito de mi corazón en mi último post...