viernes, noviembre 03, 2006

El Tarot y yo


Hace unos días mi papá me comentó una anécdota muy aleccionadora. En la década de los 60 había una tarotista muy famosa, Zulema, creo que se llamaba, que un día le predijo a uno de sus consultantes que iba a ganar el premio gordo de la Lotería y le dio el número del billete ganador.
Tomando en cuenta la fama de la tarotista en cuestión, el consultante no lo dudó y fue a buscar el billete, seguro de que la fortuna estaba de su lado. Como no lo encontró, regresó con la adivina, quien le dijo que ella tenía el entero y que se lo podía vender, pero a un precio mucho más alto del que costaba originalmente.
El hombre compró el billete y el día después del sorteo regresó a casa de Zulema y la mató con un balazo. La famosa predicción había sido una estafa.
Yo me reí mucho con mi papá cuando me contó la anécdota, y le dije algo que creo firmemente: es muy peligroso afirmar cosas de ese tipo.
El Tarot, como el I Ching, las Runas y oráculos similares no predicen el futuro, sino que sirven para decirle al consultante cómo es su presente y cuál será su porvenir en caso de que las circunstancias actuales no se modifiquen.
Ninguno de estos sistemas puede brindar recetas mágicas acerca del futuro por una sencilla razón: el futuro es algo cambiante, determinado por las decisiones que cada uno de nosotros toma minuto a minuto. Es lo que se conoce como la Teoría del Caos.
Les pongo un ejemplo un tanto burdo: Digamos que mi destino de hoy es levantarme temprano y toparme en un punto determinado con una vieja amiga a quien hace tiempo que no veo. Obviamente yo no sé que este encuentro puede suceder, así que antes de salir de casa decido tardarme un minuto más de lo acostumbrado en lavarme los dientes. Ese simple cambio en mis planes normales, evita que yo me encuentre con mi amiga, porque cuando yo paso por el lugar en que estaba destinado que la viera, ella ya anduvo por ahí un minuto atrás y ya no pudimos cruzarnos.
El Tarot, como los demás oráculos, puede darnos directrices, decirnos, si sigues por este camino vas a encontrarte tres piedras que te van a impedir el paso, o bien, si continúas con este estilo de vida es muy probable que logres obtener el éxito, pero siempre tenemos que tener la conciencia que todo depende de uno.
Hay tarotistas que tienen una intuición verdaderamente muy desarrollada y pueden describir escenarios y personas reales que podrían tener que ver con nuestro futuro, pero definitivamente hay que dudar si el presunto adivino nos sale con que "¿tú marido trabaja con una mujer rubia? Ten cuidado porque te lo está zonzacando"
El Tarot es un verdadero placer espiritual porque va a las raíces mismas de la escencia humana, sus arcanos y los arquetipos que cada uno representan al igual que los hexagramas del I Ching, incluyen todo aquello que nos mueve, nos preocupa y nos ocupa a los seres humanos, pero para entenderlos y emplearlos correctamente los oráculos deben ser vistos con la seriedad que corresponde. No deben ser el instrumento para que nos fustiguemos ni para que nos alegremenos en exceso. Por supuesto, tampoco para "desgreñar" a la mujer rubia que trabaja con el marido en la oficina.
Yo leo el tarot y trato de encontrar en él los caminos que me van a conducir, nada más. No espero recetas mágicas porque sé que le futuro lo tengo yo en las manos y mi obligación es confiigurarlo. Llevo un año estudiando este oráculo y ha sido un placer muy recomendable.
Por cierto, en mis links podrán encontrar el que corresponde a Los Arcanos, una página de internet seria, interesante y gratuita para todos aquellos que están en una búsqueda espiritual. No se lo pierdan.
Por ahora, les dejo también la imagen del mundo, el arcano mayor al que la mayoría de los estudiosos relacionan con el éxito y la buena fortuna. Que tengan el mejor futuro todos.

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