domingo, noviembre 05, 2006

Mi mejor amigo


Lo conocí hace 16 años, en mi primer día como alumna de la carrera de periodismo. Fue él quien me ofreció la más franca de las sonrisas, justo cuando me sentía la más ridícula del mundo, por haber entrado tarde y trastabillando al inicio de las clases.
Nuestra amistad se fue cocinando poco a poco y con paciencia, como los buenos guisos, y la ubicación nos ayudó en esta tarea. Su pupitre estaba exactamente detrás del mío, así que durante meses tuvimos oportunidad de platicar y conocernos. Primero compartíamos comentarios sobre las noticias del día y los eventos de la escuela; después descubrimos que teníamos la izquierda como ideología común y de vez en vez nos dábamos el gusto de intercambiar los libros de literatura que colábamos entre los cuadernos y los textos.
Él era un caricaturista que ya publicaba en periódicos y yo trabajaba entonces como correctora de estilo. El no hablaba mucho, incluso a veces me parecía excesivamente introvertido, y yo en cambio siempre he sido una tarabilla. Sin embargo, logramos convertir nuestras diferencias en un modo de complemento.
Unos meses después de conocerlo, y tras ver unas fotografías de un viaje que varios compañeros realizaron a la playa, descubrí que, además, mi buen amigo era un hombre hermoso, e incluso barajé la posibilidad de coquetear con él, pero pronto la deseché, convencida de que era mejor una buena amistad que un mal noviazgo.
Sin embargo, el destino es el destino y años después (dos para ser exactos), mi amigo se convirtió en mi novio. Al principio, la relación fue un poco rasposa, al fin y al cabo no es fácil cambiar de un estatus al otro. No obstante, poco a poco fui descubriendo lo que ya sabía: detrás de esa apariencia introvertida, se escondía un corazón tierno y generoso.
Los siguientes tres años y medio, mi mejor amigo y yo compartimos besos, abrazos y caricias, pero también el cine que tanto le gusta, las historietas que han sido su pasión desde la infancia, el gusto común por pasear en las librerías, la música de Joaquín Sabina y Joan Manuel Serrat, Los Simpson, mucho café, caminatas por La Alameda y lo que nosotros llamamos "nuestra visión crítica del mundo", que en realidad se refiere a que destrozamos todo y a todos aquellos con quienes no estamos de acuerdo a través de chascarrillos y burlas sin fin.
Mi mejor amigo me dejaba dormir en su hombro cuando me sentía agotada por las largas jornadas de escuela y trabajo que tenía que resistir diariamente; me escuchaba lo mismo si tenía una historia emocionante para él que si me había cruzado con un perro en la esquina y era lo único que podía contarle; me hacía reír para espantarme las tristezas y, sobre todo, me aceptaba con cada una de mis virtudes y defectos.
Yo empecé a desarrollar un vicio: cada día sentía una enorme necesidad de contarle a él absolutamente todo lo que me pasaba. Seguramente tiene que ver con que sé que aunque a veces me da mis jalones de oreja, mi amigo siempre ha estado para mí.
Hace casi 11 años, el 2 de diciembre se cumplen, me casé con mi mejor amigo. La verdad es que él y yo descubrimos que nos costaba trabajo despedirnos noche a noche y había que resolver el problema. ¿Cómo?, pues viviendo juntos.
Debo confesar que tenía un poco de miedo. Nuestra amistad era perfecta hasta ese momento y no quería echarla a perder, pero aún así me aventé al precipicio.
Entre los dos creamos una casa de papel, con muchos libros, cómics y escritos por todos los rincones. El trajo a mi vida su restirador y sus dibujos, yo le di a la suya mis kilos de cuadernos, libros y ropa.
Cuando nació nuestro primer hijo, mi mejor amigo estuvo ahí, sosteniendo mi mano en medio de los dolores del parto y derramó lágrimas cuando escuchó el llanto que anunciaba la vida de nuestro primogénito. La escena se repitió con el nacimiento del segundo bebé, que ambos compartimos con una complicidad que iba más allá de las palabras.
Mi mejor amigo cambió entonces, se volvió una mezcla entre niño y maestro. Lo he visto cambiar pañales, dar leche, embadurnarse con pasteles de cumpleaños y dulces de Día de Muertos, jugar videojuegos, abrir los regalos de Santa Claus y Reyes como si fueran para él, enseñar el valor artísitico de un cómic con la misma facilidad con la que explica una suma y una resta y estremecerse de emoción ante un baile del Día de las Madres.
No crean ustedes que ello significa que mi mejor amigo me ha dejado sola. Por el contrario, a lo largo de los años me ha hecho reír con los chistes que dice cotidianamente y casi sin querer, me ha enseñado nuevas cosas, como el valor de una película de ciencia ficción, de esas que tanto le gustan, y ha compartido conmigo las "chick flick" que lo aburren un poco, pero que ve porque sabe que soy una romántica sin remedio.
Mi mejor amigo y yo las hemos pasado duras, y mucho, pero él nunca se ha acobardado y me ha brindado a cada paso su brazo fuerte para sostenerme.
Aún sigo teniendo el vicio de contarle todo lo que me pasa, no he encontrado hasta ahora un escucha más atento y comprensivo. También tengo adicción a su risa, que contagia, y sus silencios, que me brindan tanta paz.
No me gusta mirar demasiado hasta el futuro, porque es imposible saber lo que pasará mañana, pero cuando llego a pensar en la vejez, me imagino al lado de mi mejor amigo, paseando por librerías, viajando por el mundo, disfrutando nietos, pero siempre juntos.
Como dice él: " Así y sólo así debe ser la vida".
Este es un homenaje, por todo tu amor, mi Ovivi, y no podía dejar de estar en mi blog.

15 comentarios:

Apologista dijo...

Es tan raro. Es tan raro no conocerte y haberme emocionado de la forma que lo hice a leer tus palabras.
Es un hermoso homenaje. Te felicito de corazón por todo lo que construyeron juntos (y construirán...)
Ese hogar lleno de amor y de sabiduría. Donde sus hijos crecerán rodeados por el mundo mágico de la literatura y muy inspirados por el amor y amistad que sienten sus padres.

Nos estamos visitando. Gracias por pasar por mi espacio. Y de nuevo, Felicidades!

saludos desde Buenos Aires, Marian

Anónimo dijo...
Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.
Taito dijo...

Marian: No sabes qué gusto me dio leer tu comentario, tan amoroso y lleno de buenas vibraciones. Fue un placer e intuyo que tendremos un contacto frecuente. ¡Qué gusto que el Internet me permita hacer amigos de ciudades tan hermosas como la tuya!

Taito dijo...

Por ahí hay un comentario suprimido, la verdad es que los chistes porque sí dejaron de gustarme en la secu y quise evitarles la molestia a todos. Además, esas son las libertades que nos da un blog personal.
Reciban un beso

Gaby del Río dijo...

Tu mejor amigo estará contigo siempre, luchando al parejo tuyo, tal como están ahora, que son un ejemplo de fortaleza, y esperanza de una vida mejor...
Te quiero.

Taito dijo...

Gabita, sabes que yo también te quiero y mil gracias por las palabras y el apoyo. Me llenan el corazón de lagrimitas... Un beso

Anónimo dijo...

¿Qué puedo decir? Cuando leí este texto me puse a llorar como un bebé. No lo merezco, pero sí sé que soy un afortunado en tenerte, mi amor. Te amo mucho y mi vida no estaría completa sin ti y si no tuviera siempre tu calor, tus palabras y tu compañía para seguir adelante, especialmente en estos momentos tan duros. Sé que pronto podremos reír de ellos.
Gracias por compartir tu vida conmigo.

OLI

Taito dijo...

Ovivi, tú sabes que no mentí en una línea del relato. Todo lo que dije es cierto y lo mereces. Gracias por estar aquí.

ilne dijo...

Es muy bonito como has descrito tu vida, en estos tiempos es difícil encontrar historias de amor y convivencia tan sincera y real.
No cambiéis.
Gracias por pasar por mi blog, espero que te siga gustando.

Taito dijo...

Ilne, mil gracias por la visita y el comentario hermoso. Yo espero que tu pierna siga mejor, de corazón. Nos seguimos visitando.

Anónimo dijo...

No diré que dos lágrimas se me salieron por el sentimiento que me despertaste. Tampoco te diré que te adoro por ser mi cuñada, la mejor... porque cuidas a mi hermano todos los días y porque ambos son el ejemplo a seguir de los 2 niños más tiernos y lindos del mundo. Los extraño cuando no los veo o escucho y aún así, sé que están juntos y eso es lo más importante y especial, lo cual me da inmensa tranquilidad. Sigue escribiendo así y ¡BIEN X AVENTARTE!

Taito dijo...

Perita linda, qué te puedo decir. Me emociona lo que expresas en tu comentario. Gracias por entrar a mi blog que en estos momentos me resulta un excelente desahogo. Te quiero mucho y lo sabes. Tu cuñis.

Apologista dijo...

Lo que dije fue sentido de corazón. Fue muy emocionante tu relato.
Internet tiene esas cosas mágicas, es verdad.
Nos vemos Taydé. Gracias por tu comentario.
beso, Marian

Recursos para tu blog - Ferip - dijo...

La apologista tenía razón...pañuelos...y más pañuelos después de leer este homenaje al amor, a tu amor...al de ambos.
Gracias, Tay, por expresar tan bellamente eso que es el bien más preciado de la Tierra.
Una hermosa familia...qué más?

Un abrazo, grande!
Feri

Taito dijo...

Gracias, Feri. La verdad escribió mi corazón, porque la llegada de mi mejor amigo a mi vida fue similar a cuando te sacas la lotería. Gracias por estar aquí. Un beso