martes, noviembre 28, 2006

Todo a su tiempo... pero se puede volver el tiempo

Amigos, no sabía qué escribir el día de hoy. Quiero hacerles saber que estoy mucho mejor, pero al mismo tiempo tengo que pensar muy bien en lo que pasó ayer para poder contárselos como debe ser. En lo que eso sucede, les dejo un breve relato, mucho más optimista, basado en una charla que sostuve con mi propio hijo, Andrés.

La madre estaba en la estufa, ocupada en que cada cacerola estuviera trabajando correctamente, cuando su hijo de ocho años llegó hasta ella, corriendo como siempre.
- Mamá, me gustaría convertirme en adulto- lanzó como un dardo.
- Ya te convertirás en adulto a su tiempo-. contestó la madre, sorprendida de repetir las mismas palabras que le había oído decir a su propia madre cuando ella había lanzado un comentario similar en la infancia.
- Pero no, mamá, yo quisiera convertirme en adulto ahora- insistió el niño.
La mamá apagó el fuego de la estufa, fue a la sala, llevó dos sillas hasta la cocina, las dispuso una enfrente de la otra e invitó a sentarse a su hijo.
- A ver, explícame, ¿por qué quieres ser adulto?-, le preguntó con toda serenidad.
- Pues porque si fuera adulto podría hacer lo que quisiera, y tendría dinero.
La mamá le lanzó una mirada llena de ternura y después se puso seria.
- ¿Realmente crees que los adultos podemos hacer todo lo que queremos hacer?
Y después, como en una oración grabada en su memoria desde tiempos inmemoriales, comenzó hilvanar ante su hijo una verdad que a ella misma la sorprendió pues nunca antes la había entendido así.
- Mira, hijito, en primer lugar, la infancia es la parte más pequeñita de la vida. Dura apenas unos cuantos años y de esos, una buena parte los vives inconsciente, sin atesorar recuerdos. Así que, simplemente por eso, yo te recomendaría que disfrutaras esta etapa con todo tu corazón, porque para ser adulto tienes un largo camino por delante, y somos muchos los adultos que vivimos deseando volver a ser niños. Disfruta el presente, hijo.
- ¡Pero ahora no tengo dinero y tengo que pedir permiso para todo, mami!
- Mira, te voy a decir lo más importante. Es mentira que los adultos podamos hacer lo que queramos y que tengamos todo el dinero que desearíamos tener. En primer lugar, quizá tenemos más libertad de ir de aquí para allá, pero al mismo tiempo nos abruman las obligaciones, responsabilidades y deudas, y eso nos impide hacer realmente lo que nos da la gana. Al menos no podemos hacerlo todo el tiempo. Además, los adultos podemos tener todo el dinero que queramos sólo en la medida de nuestro esfuerzo en el trabajo, no nos lo regalan ni nos cae del cielo, y a veces ni el más grande esfuerzo logra darnos lo que necesitamos para vivir dignamente.
En cambio, tú tienes ahora cosas que los adultos envidiamos realmente de los niños, puedes saltar por las camas, llenarte de lodo, correr con todo el cuerpo, inventarte fantasías en las cuales puedes perderte por horas, lanzarte a esas albercas llenas de pelotas, embarrarte la cara de dulce, hacer bomba un chicle hasta que te explote en el rostro, sentirte seguro porque sabes que papá y mamá se las arreglan para que tu vida sea tranquila, jugar cada hora con un juguete distinto y ser todos los personajes que quieras: hoy un pirata, mañana un doctor y pasado un superhéroe.
- Y tú ¿ya no puedes hacer nada de eso, mami?- preguntó el niño, realmente preocupado.
- De poder sí puedo hijo, pero cuando te haces adulto vas perdiendo la inocencia y ese deseo de disfrutar la vida a plenitud que te da la infancia.
- Mejor sigo siendo niño, mami.
- Sigues siendo niño mientras tengas que serlo, porque cada etapa se debe vivir a su tiempo y con plenitud, porque cada cual tiene su encanto.
- ¿Y tú no puedes volver a ser niña aunque sea un ratito, mami?
La mamá miró a su hijo con una sonrisa que la regresaba a los ocho años de nuevo. Lo tomó de la mano y salió con él al jardín, se quitó los zapatos, se sentó sobre la tierra e invitó a su nuevo amigo a preparar los deliciosos pasteles de tierra que siempre fueron su especialidad.

7 comentarios:

Gaby del Río dijo...

Qué maravilla, Tay!!!! Me encantó, cuñis, en verdad necesitamos un poco de eso, y una inyección de optimismo de nuestros hijos, ellos son los únicos que podrían regresarnos a eso....
Aquí estoy.
Te quiero.

A-X dijo...

"la infancia es la parte más pequeñita de la vida. Dura apenas unos cuantos años y de esos, una buena parte los vives inconsciente, sin atesorar recuerdos. Así que, simplemente por eso, yo te recomendaría que disfrutaras esta etapa con todo tu corazón"

Estas emociones que trajiste se van a toda prisa tras las huellas de un tiempo exiguo y un final anunciado...

Dios... que imagen sensual y desoladora a la vez...

Gracias por las palabras, porque yo no soy nada, no puedo hacer nada sin palabras...

Delicioso blog... muy buenos posts...

Pasate por casa, hay mate

A.-

ilne dijo...

Taydé; que bien leerte, la historia fantástica, realmente fantástica. me la voy a guardar y con su permiso se la imprimiré a mis sobrinitos que están en la edad mafaldera.

besos y abrazos

Apologista dijo...

Linda anecdota hecha texto.
Que bueno que hayas vuelto Tay. Con los dias ya te vas a recuperar del todo.
En el entretiempo disfruto de esta bella Tay al 90%
besitos, Marian.

Recursos para tu blog - Ferip - dijo...

Nosotros...podemos ir hacia ellos....siempre!!!
Remontar un viaje.
Descalzarnos.
Embarrarnos...
Despeinarnos...

Ellos necesitan "eso" para creer que somos fuertes, adultos. La confianza crece al hacernos "como uno de esos pequeñitos", hermosa mamá. Tus hijos te sostendrán en el futuro!!!!

Besos!Tay....En el 2007 viajamos para allá: Marian, el Fant...y yo...(?)
;)

Taito dijo...

Gaby preciosa, ¿verdad que sí? Yo vivo a través de mis enanitos, tú lo sabes mejor que nadie. Son ellos el motor que me guía y el pilar que me sostiene. Gracias a ellos la vida sigue siendo una experiencia hermosa.

A-X: Las puertas abiertas de este blog para los nuevos amigos con palabras hermosas como las tuyas. acepto la invitación de tomarme un rico mate... espérame tan sólo unos segundos.

Ilne querida, no sabes el gusto que me dio la simple posibilidad de que estos conceptos puedan servir para tus sobrinos. Muchos niños amados es lo que necesita este mundo y me da gusto que tú contribuyas a ello. Se te quiere.

Apola: Ya os he contestado vía hotmail, pero sabes que te quiero y te agradezco que estés aquí.

Feri: Por favor, urge que me platiques si entendí bien ¿Acaso viajarán a México en 2007? La emoción no me va a dejar dormir hasta tener más detalles... A la espera, mando todo mi cariño.

Gaby del Río dijo...

Vaya... jeje, ahora se podrá hacer la reunión de lectura, maravilloso!
Te quiero.
Besitos, cuñis!!!
:)